lunes, 9 de febrero de 2009

Bencina, un asalto Estatal.....


Chile, bencina cara, impuestos abusivos.

En forma permanente nos hemos referido al abusivo precio que tienen los combustibles en Chile, que casi duplican el valor que pagan los habitantes de los Estados Unidos, que ayer se quejaban porque el galón de bencina ha subido a US$ 1,92, es decir, traduciendolo a nuestro sistema de medida y moneda los gringos pagan $ 312,38.

Sin lugar a dudas la ENAP es una empresa que funciona con cero transparencia, que su sistema de fijación de precios, que toma el valor de venta a público en la zona norteamericana del Golfo de México, es absurdo, que los impuesto con que se graba estos productos son irracionales, además de ser una empresa brutalmente mal administrada.

Si la plata no se la están robando, o no la están desviando para otros fines, nos gustaria que alguien nos explicara como han llegado a tener las fenomenales pérdidas que arroja en su ejercicio, y dentro de lo posible a quien o quienes se está favoreciendo con esta absurda situación que castiga de manera más violenta a quienes ganan menos.

Se ha tratado de decir que el impuesto especifico graba a los más ricos, lo que es una falsedad, pues encarece los productos de consumo diario, por lo que resulta obvio que quienes reciben un impacto más fuerte son aquellos que tienen que destinar todos sus ingresos a un consumo que escasamente les permite subsistir.

El segundo grupo al que golpea con más fuerza es a las clases medias que ven como el vehiculo, que hace mucho tiempo dejo de ser un artículo de lujo, les consume una parte importante de sus remuneraciones, dejandoles las billeteras vacias, por lo que deben recortar hasta los consumos elementales.

Sin duda las pequeñas y medianas empresas son tambien tremendamente perjudiocadas, pues, con estos valores de combustibles quedan sin posibilidades de competir y ven que sus mercados se los empiezan a comer los productores asiáticos, debiendo, por falta de ventas redicir al máximo su dotación de trabajadores.

Aunque los precios han bajado, pero no en la proporción de un crudo que simplemente se ha desplomado, ha llegado la hora de terminar con este impuesto abusivo, pues de no hacerlo estamos fabricando una crisis propia, que sin duda agrabará de manera innecesaria la inmensa crisis mundial que nos está afectando.