martes, 31 de marzo de 2009

La declaración de la cumbre: ¿una broma?.



La declaración de la cumbre: ¿una broma?
Andrés Oppenheimer

No me malentiendan: estoy muy a favor de la Cumbre de las Américas que se realizará el 17 de abril, y será el primer encuentro colectivo del Presidente Barack Obama con los jefes de Estado de América Latina, pero el borrador de la declaración final de la cumbre parece una broma.
La Declaración de Compromiso de Puerto España, de once páginas, cuyos detalles finales se están negociando en Trinidad y Tobago -el país sede de la cumbre-, es una mezcla de declaraciones de buena voluntad y cháchara diplomática. Eso no sería tan grave si no fuera porque los países participantes han invertido dos años de largas y costosas negociaciones para preparar este documento.
Los embajadores de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) reunidos en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, ya han aprobado 73 párrafos de la declaración final, mientras que otros 23 párrafos se siguen negociando.

He aquí algunos artículos del proyecto de declaración:
Artículo 1: "Guiados por un espíritu renovado de cooperación, integración y solidaridad regional... nos hemos reunido en Puerto España en la 5.ta Cumbre de las Américas, con el firme compromiso de mejorar el bienestar de nuestros pueblos, adelantando soluciones colectivas a los desafíos más apremiantes que enfrenta nuestro hemisferio".
(Mi comentario: ¡Qué bueno! Pero, ¿para qué otra cosa se reunirían? ¿Para empeorar el bienestar de sus pueblos?)
Artículo 2: "Conforme a los principios y valores de la Carta de la OEA, estamos decididos a continuar nuestra lucha contra la pobreza, el hambre, la exclusión social, la discriminación y la desigualdad que afligen las vidas y erosionan las esperanzas de tantas personas de nuestro hemisferio".
( Mi comentario: ¡Qué alivio! ¡Gracias a Dios, no han decidido cambiar de idea y firmar un documento acordando abandonar la lucha contra la pobreza y el hambre!)

Artículo 39: "Todo desarrollo social y económico depende de la conservación y protección del medio ambiente. Por consiguiente, reafirmamos nuestro fuerte compromiso con el desarrollo sostenible, tal como se ha declarado en las Cumbres Mundiales de Desarrollo Sostenible de Río, en 1992; Johannesburgo, en 2002; la
Declaración de Santa Cruz de la Sierra, de 1996; la Declaración de Santa Cruz de la Sierra más 10 de 2006, y en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU".

(Mi comentario: Si los presidentes están de acuerdo con las declaraciones que han firmado en el pasado, ¿para qué perder tiempo y dinero "reafirmando" lo que ya firmaron?)

Artículo 49: "Les negaremos cualquier recurso a terroristas y criminales, y combinaremos nuestros esfuerzos para identificar, seguir, incautar y congelar activos asociados con el terrorismo y el crimen organizado, de acuerdo a la legislación nacional y en coherencia con la ley internacional".

(Mi comentario: Fantástico saber que los presidentes están contra los criminales, pero la segunda parte de este artículo invalida la primera.)

Creo que ya me deben estar entendiendo. Como un árbol de Navidad, estas declaraciones siguen creciendo con cada nueva cumbre. Las "declaraciones finales" y los "planes de acción" de las cuatro Cumbres de las Américas previas han producido un total de 1.023 artículos, sin contar los que serán aprobados en Puerto España.

Al igual que lo que ocurre con las Cumbres Iberoamericanas, y tantas otras, los diplomáticos se pasan años -a expensas de los contribuyentes- reuniéndose en hoteles de lujo en varios países de la región para debatir cada artículo en particular.
Con frecuencia, los diplomáticos se pasan horas discutiendo sobre si un párrafo debe
comenzar diciendo "apoyamos categóricamente" o "reafirmamos nuestro compromiso", o "tomamos nota de" tal o cual cosa.

Cuando recientemente le pregunté al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, si estas declaraciones finales no son ridículas, mencionó varios logros de las cumbres anteriores en áreas como la pobreza y los derechos humanos. Sin embargo, Insulza admitió que estas declaraciones finales "son demasiado largas" e innecesariamente reiterativas.

"Muchas veces reflejan la suma de cosas que las cancillerías de los distintos países ponen ahí, y naturalmente los presidentes no deberían meterse en tantos detalles ni entrar en tantos temas a la vez", me dijo Insulza. "Si ya dijimos lo que dijimos sobre la pobreza y la desigualdad, probablemente no debiéramos decirlo de nuevo, pero me temo que nuevamente las cancillerías quieran decirlo".

Mi opinión: Lo primero que Obama y los líderes latinoamericanos deberían hacer en esta cumbre es reemplazar casi todos los párrafos de su declaración final por una sola frase: "Reafirmamos nuestro compromiso con todos los acuerdos anteriores firmados por nosotros y nuestros predecesores en las cumbres pasadas".

Después, deberían tratar de lograr un puñado de acuerdos concretos. La declaración final no tendría más de cuatro o cinco párrafos, y todos ahorraríamos mucho tiempo y dinero.

Si los presidentes están de acuerdo con las declaraciones que han firmado en el pasado, ¿para qué perder tiempo y dinero "reafirmando" lo que ya firmaron?

Esta nota fue tomada de Diario El Mercurio de Santiago, Chile, por considerarla medular para el análisis de “turismo” gubernamental que se impone en el mundo y vital para entender la ineficacia con que están actuándo las agencias internacionales.